Hace muchos años vino a la sede en Madrid de ConMasFuturo un grupo de franquiciados y empezamos a hablar de nuestra política de precios.

Yo intentaba explicar que si quieres dar valor y calidad no puedes competir igualando el precio más bajo. Algún franquiciado decía que eso estaba muy bien pero que siempre habrá una familia que te comparará con la extraescolar de fútbol, que es más barata, y te dirá que ellos no tienen dinero. La discusión la zanjó el franquiciado de Sevilla:

“Cuando a mi me dice una familia que no tiene dinero para invertir en algo de educación para sus hijos le pregunto si su hijo tiene PlayStation o móvil, si viste zapatillas o vaqueros de marca y, si veo que el padre es fumador, le pregunto cuanto se gasta en tabaco al año. Normalmente no es cuestión de dinero, es cuestión de prioridades”.

Por mi parte, poco más que decir.

En qué gastamos el dinero

Volver a HISTORIAS DE UNA MADRE Y UN PADRE DE DOS MELLIZOS